martes, 29 de diciembre de 2009
Carta, no convencional, a mi hijo
Las enfermeras te cargaron y me pidieron que saliera de la sala donde habías nacido, mientras un grupo de doctores y enfermeras rodeaban a mamá. Yo me fui con esa mezcla de preocupación y gozo a quitarme la indumentaria de médico y a avisar a las abuelas Ale y Coca, y también a Marcelo y a Vicky, un par de ángeles argentinos que nos acompañaron en nuestra aventura texana, que ya habías nacido, que pesabas más de cuatro kilos y que todo estaba bien. Yo no sabía si en realidad todo estaba bien. Pero en pocos minutos me confirmaron que lo estaba. El doctor me informó que tú y mamá estaban sanos y salvos.
Las abuelas y yo vimos, a través de un cristal, cuando te bañaron y vistieron por primera vez. Tu primera vestimenta incluía un pequeño gorro como de esquiador. Me hicieron pasar a la sala de cunas y una enfermera te puso otra vez en mis brazos. Fue entonces que fui a presentarte a mamá, que ya estaba más tranquila, aunque muy pálida y cansada. Mamá te dio un beso y, no recuerdo bien, creo que hizo algún comentario sobre tu nariz. Debe haber sido el efecto de la anestesia porque tu nariz, a diferencia de la mía, es muy linda, es casi tan linda como la de mamá.
En aquellos días en que tú naciste yo era un estudiante becado y mamá trabajaba en la universidad para ayudar con los gastos de la casa. Cuando cumpliste un mes de nacido, mamá se iba a trabajar por las mañanas y yo me quedaba encargado de cuidarte. Te preparaba y te daba la mamila, te cambiaba de pañal, te entretenía, te arrullaba, y a veces incluso conseguía que durmieras. Fuiste un bebé que nunca le encontró mucho gusto al sueño, lo tuyo era la vigilia. Yo hacía todo esto contigo y lo disfrutaba al máximo, todo ello mientras intentaba estudiar. Después llegaba mamá del trabajo y yo salía volando a mis clases, en las cuales intentaba concentrarme al máximo pero en las que nunca dejaba de extrañar tu presencia, de percibir tu olor, ese olor particular que tienen los bebés.
Fue con el cuidado de esa personita, en el día a día, por el que quedé enamorado de tí de por vida. A los pocos días de que tú naciste, aquella mezcla de sentimientos en la sala de operaciones, que podría resumir en la palabra confusión, había desaparecido por completo y ya era un padre sobre-protector y amoroso. A pesar de ser padre bastante inmaduro, relativamente joven, 28 años, de ser un estudiante de tiempo completo y de que el dinero escaseaba, la experiencia de la paternidad trajo un giro a mi vida, me convertiste en una mejor persona. Como dice Borges, el amor me ha permitido verte en todos estos años tal y como nos ve la divinidad. Pero me propuse, como lo sugiere el título, no escribir una carta con lugares comunes y obviedades. Decirte cuánto te quiero resulta una obviedad, así que permíteme enderezar el rumbo.
Quiero decirte que ser papá de alguien como tú, además de ser un honor, no resulta tan complicado. Eres inteligente, educado, respetuoso y naturalmente bueno; bueno de la palabra bonhomía. Cuando te graduaste de sexto de primaria varios papás se acercaron a mí para preguntarme si yo era tu papá y todos ellos me felicitaron. Todos me dijeron que eras una gran persona y que tenía en ti a un hijo ejemplar. Yo no se los dije, pero ya lo sabía, siempre lo he sabido. No por ello me sentí menos orgulloso, salí caminando de aquel salón sintiéndome un gigante.
Tengo que terminar esta breve carta como un digno padre, es decir, poniéndome aburrido y haciendo recomendaciones. A los seres humanos nos cuesta trabajo encontrar el rumbo y el sentido a la vida. Hacemos cosas que se supone que nos harán felices como acumular dinero y placeres y terminamos tomando antidepresivos. No hemos aprendido mucho a lo largo de los siglos. Pero hay esperanza para cualquiera que decida abrir un poco los ojos. Y esa esperanza en el conocimiento en general, pero especialmente en el conocimiento de uno mismo. A pesar de ser tan tercos, los seres humanos hemos creado algunas herramientas mágicas; entre éstas están la música y la literatura. Y, específicamente hablando de la literatura, en los libros podrás encontrar no sólo amigos incondicionales, sino la respuesta a muchas de las preguntas importantes de la vida. Libros como “La conquista de la felicidad” de Bertrand Russell, “Ética para Amador” de Fernando Savater, los ensayos de Michel de Montaigne o el monumental Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, son sólo un ejemplo de libros a los que hay que acudir constantemente para no perder el rumbo.
Sigue creciendo en todo sentido, dedícate en cuerpo y alma a hacer lo que más te gusta, vuélvete un experto en ello y conviértelo en una profesión. Si por el camino necesitas un consejo o simplemente platicar con un amigo, ya sabes que yo siempre caminaré a tu lado, discreto, intentando no estorbar demasiado.
No hace falta terminar esta carta con un “besos y abrazos” porque esos te los doy en persona cada vez que puedo. Y lo seguiré haciendo aunque te incomode un poco, lo siento, no puedo evitarlo. Además, tiene que ser en persona porque los besos y abrazos no se pueden imprimir en papel.
martes, 15 de diciembre de 2009
Equipajes
El grado de estupidez de la gente se mide por el volumen del equipaje con el que viaja. Esta afirmación no es de mi autoría. La leí hace algunos meses y no recuerdo a su autor (probablemente Fadanelli). Afortunadamente, no necesito ser autor de la frase para constatar su veracidad en mis frecuentes viajes; esto es particularmente notorio en épocas vacacionales y en la que nuestros “paisanos” regresan a casa desde los Estados Unidos (de América). A riesgo de ser catalogado, una vez más, como racista y políticamente incorrecto, doy fe de que la frase en cuestión es asombrosamente certera.
Hablando de lo mismo, pero no exactamente de lo mismo, me es muy frecuente constatar la siguiente experiencia: los pasajeros nos formamos para abordar el autobús después de documentar nuestra pocas o muchas maletas. Una dama discute con el personal de la línea de transporte porque no quiere documentar su maleta. La dama considera que su equipaje es suficientemente pequeño para llevarlo con ella, dentro del autobús. La dama, por supuesto, se sale con la suya. Una vez a bordo del autobús sucede lo siguiente:
1. La dama, de 1.50 metros de estatura, intenta levantar su maleta para colocarla en los compartimentos superiores del autobús
2. La dama, hernia de por medio, no logra levantar su pequeña pero pesada maleta. Sobra decir que aunque pudiera levantar la maleta, dada su estatura jamás alcanzaría los compartimentos superiores.
3. La dama busca, con cara suplicante, que algún cristiano le ayude con su tarea. 3.1 (Aquí entre nos, yo me hago más pendejo que Juanito, ex patiño del peje y ahora del caballo Rojas. Y lo hago porque ya me sé la historia y estoy harto de ver el mismo desenlace). 4. Algún “caballero” se apresta a ayudar a la dama sólo para comprobar que la maleta no cabe en los compartimentos superiores del autobús, que, como todo el mundo sabe, son más pequeños que los de un avión.
5. La dama baja del autobús para documentar su maleta justo cuando el autobús ya se apresta a partir. 6. La salida se retrasa para arreglar el desmadre que la dama ha causado. Todos los pasajeros salimos afectados por una afectada.
¿Pero qué pinche necesidad? Habrá que decir, entonces, que la estupidez de la gente se mide por el volumen del equipaje con el que viaja y por el grado de desconocimiento que manifiesta respecto de las leyes más básicas de la física.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Todos somos Pacheco(s)
lunes, 7 de diciembre de 2009
Derecho de réplica
viernes, 30 de octubre de 2009
La ciudad de los palacios
martes, 27 de octubre de 2009
Mientras agonizo
Agamenón a Ulises en "La Odisea" libro XI.
Dieciseis narradores, entre los cuales está Addie Brunden, muerta desde los capítulos iniciales de la novela. Un condado imaginario de Mississippi llamado Yoknapatawpha como escenario (años después nacerán Comala y Macondo, entre otros, también como escenarios imaginarios). Una trama original y dramática con un toque de humor negro. Una prosa que se teje con maestría, una obra para la posteridad escrita en sólo seis semanas, según el propio Faulkner. Leí a Faulkner y reconocí a García Márquez, a Vargas Llosa, entre otros viejos conocidos. Es evidente la influencia de Faulkner en ellos. Me gusta la obra de Fante, me gustan las novelas de Bukowski, pero Faulkner está en otro nivel, es un escritor de una calidad excepcional.
Faulkner escribió la novela en las madrugadas, mientras trabaja como velador en una compañía generadora de electricidad. Cuando se tiene el genio, se encuentra el tiempo y el espacio necesarios para liberarlo. Y pensar que hay escritores becados, a quienes se les paga por escribir, quienes no tienen que trabajar para sobrevivir, los cuales jamás llegarán a crear algo que se acerque a "Mientras agonizo".
Como en los mercados de México, les doy "la probadita", para que se anime a llevarlo. Este fragmento es un monólogo de Addie Brunden, quien reflexiona sobre su experiencia tras haber sido madre por primera vez:
"That was when I learned that words are no good; that words don’t ever fit even what they are trying to say at. When he was born I knew that motherhood was invented by someone who had to have a word for it because the ones that had the children didn’t care whether there was a word for it or not. I knew that fear was invented by someone that had never had the fear; pride who never had pride... He had a word, too. Love, he called it. But I had been used to words for a long time. I knew that that word was like the others: just a shape to fill a lack".
viernes, 23 de octubre de 2009
Morir de sed
En 1976, México buscaba agua, el modelo político-económico estaba agotado, pero gracias al pescador campechano Rudecindo Cantarell, el país encontró petróleo. De hecho, encontró el cuarto yacimiento más grande en la historia del planeta. Los cambios de fondo en el país quedaron aplazados por este descubrimiento. No había más una urgencia por cambiar. El discurso político cambió; se dijo que eran tiempos de "administrar la abundancia". Joder con nuestros líderes latinoamericanos, todos muy ocurrentes con la lengua pero igual de pendejos. Ahora recuerdo una frase escrita en un muro en Argentina, en las épocas del cacerolazo "que nos gobiernen las putas porque sus hijos resultaron unos rateros". Esa es la idea.
Rudecindo Cantarell murió en la pobreza, pero en su "honor" el yacimiento fue nombrado con su apellido. Los "Beverly Ricos", los "Beverly Hillbillies", sólo son posibles en países con leyes derivadas de la tradición anglosajona, en donde la propiedad privada es eso, privada. En los países con leyes derivadas de la tradición latina, existe la propiedad privada, pero, al menos en México, la Constitución es clara: El gobierno es dueño de todo y te puede quitar hasta el apellido si así se le da la gana al gobernante en turno, todo en nombre de la "utilidad pública", concepto que no se define en ninguna parte. Por ello en latinoamérica los pobres nacen pobres y mueren todavía más pobres y el día que la mierda valga dinero el gobierno les va a expropiar el culo.
En fin, México encontró petróleo pero hoy día muere de sed. Ciro Gómez Leyva se ha cansado de decirlo: "Esta generación de políticos mexicanos no está dotada genéticamente para la grandeza". Lamentablemente, todo indica que es cierto. Los problemas del país son inmensamente más grandes que el cerebro de estas aves de rapiña.
Uno de los mejores diagnósticos sobre lo que sucede hoy día en el país se publicó hoy en el diario El Universal y su autor es Macario Schettino. No hay peor situación para un paciente grave que un doctor que equivoca el diagnóstico. Todos los días escuchamos diagnósticos sobre los problemas del país. La culpa es del gobierno -como si éste fuera un ente con vida propia-, la culpa es del neoliberalismo -y nadie sabe decir exactamente qué demonios significa esto-, la culpa es de los empresarios, la culpa es de la derecha, la culpa es del PRI, la culpa es...
Leo mis libros para poder vivir, trabajo -como petrolero- para poder sobrevivir. El yacimiento Cantarell produjo hasta 2.2 millones de barriles diarios durante el sexenio de Fox. En el año 2005 empezó su declinación y este año 2009 producirá sólo 650 mil barriles diarios en promedio. La declinación continuará y no hemos encontrado un yacimiento que sustituya a Cantarell. Este yacimiento sustituto probablemente existe en las aguas profundas del Golfo de México, pero no tenemos ni la tecnología ni el dinero para ir por este crudo. Y aún suponiendo que encontremos un gran yacimiento en aguas profundas el día de hoy, no veríamos ni una gota de esa petróleo hasta dentro de 9 o 10 años. Así de complicado es obtener petróleo a dos mil o tres mil metros de profundidad.
Se acabó nuestra vaca lechera, nuestra gallina de los huevos de oro, nuestro oro negro, que más que oro ha sido un veneno. Los cambios de fondo en el país ahora son inaplazables. Pero nuestros políticos hacen el papel de payasos en la cámara de diputados, ese club de caciques locales que sólo representan a sus propios intereses. No se ponen de acuerdo en nada, no toman las decisiones que el país demanda. Eso sí, pelean con todo por repartirse lo que queda del botín. Aves de rapiña, al fin y al cabo.
Para leer a Macario Schettino, pueden dar un "click" aquí.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Enchocolatados
De verdad que yo respeto a quienes prefieren el chocolate con mayor contenido de leche. Yo no sé nada de modas, no tengo paladar de gourmet y las tendencias y modas sobre salud no me interesan en absoluto. Sólo sé que prefiero el chocolate amargo. Simplemente una cuestión de gustos, al menos en mi caso.
Quizá en México no se nos ocurrió mezclar el chocolate con la leche para obtener un dulce que marcaría época, pero sí se nos ocurrieron otros usos. Y, por ejemplo, en Tabasco y Chiapas, los campesinos se llevan a su parcela un recipiente con "Pozol", que es cacao mezclado con agua y algo más que no recuerdo. Yo lo probé hace unos años porque, de hecho, se vende en las calles de Villahermosa, entre otras muchas ciudades del sureste, con mucho hielo para mitigar el calor y la verdad es muy sabroso y nutritivo. En fin, en gustos se rompen géneros y en pareceres, amores. Yo me quedo con el chocolate amargo.
Para leer el texto de Enrique de un "click" aquí.
martes, 6 de octubre de 2009
Chocoholic
Creo que ahí empezó todo. Aun no puedo olvidar el aroma, las vitrinas repletas, las formas, los colores, casi el paraíso. Había chocolates prohibidos, los que eran sólo para mamá, las trufas, los más caros. Pero mamá siempre convidaba de esos trozos de gloria, de esos chocolates con un sabor amargo, con el verdadero sabor del chocolate puro, sin el disfraz de la manteca y de la leche. No eran del gusto de todos. Para la mayoría de mis hermanos el sabor era demasiado fuerte.
A mí me enganchó de tal forma que más de treinta años después aun no he podido liberarme de este vicio. Soy un adicto y cada vez estoy peor. En mi juventud me conformaba con cualquier chocolate. Con el paso del tiempo entré en una espiral que me trajo hasta aquí. Desprecio por completo los chocolates dulzones y sólo encuentro el efecto deseado en el chocolate amargo. Últimamente he tocado fondo. Sólo compro chocolate con 80% de contenido de cacao. La gente me ve en forma extraña, habla por lo bajo y se aleja de mí. Compro chocolate en forma compulsiva, lo escondo en todos los rincones de la casa y de la oficina. He llegado a levantarme de madrugada para comer chocolate. Estoy desesperado, necesito ayuda, me llamo Pablo... snifff, snifff... soy adicto al chocolate.
lunes, 5 de octubre de 2009
El estudiante
Lo que sí me gustó:
-La actuación de Jorge Lavat. La experiencia, las tablas, el oficio, el gran trabajo de Lavat en buena medida salva la película del naufragio.
-La fotografía, la cual da realce a la ciudad de Guanajuato y hace más disfrutable la película.
-El hecho de que no actúan ni Gael García ni Diego Luna. ¡Bravo! Finalmente una película puede abrirse paso con nuevo talento que no es rudo ni cursi. Jóvenes que tienen mucho que aprender pero que muestran "madera" y que es evidente que tomaron nota de los maestros que tuvieron a su lado en este trabajo.
Lo que no me gustó:
-El tono moralista de la película. ¿El que paga manda? El mensaje es simplón. Un final lacrimógeno no es sinónimo de una buena historia.
-Las fallas evidentes del guión y de dirección que resultan en escenas artificiales, que se sienten falsas.
-La falta de ritmo de la película, también error de un director novato y de un guión muy cercano al calificativo de pobre. El primer mandamiento del creador cinematográfico es "no aburrirás" y "El estudiante", si no peca abiertamente, se acerca por momentos en forma peligrosa.
Conclusión:
Sobra decir que no soy crítico de cine. Da gusto ver en México a nuevos creadores, a artistas jóvenes y proyectos que cristalizan y atraen al público. Pero me quedé con la impresión de ya había visto la película "El estudiante" en una mucho mejor versión llamada "Las flores del cerezo". Finalmente sólo es mi loca opinión.
viernes, 2 de octubre de 2009
Piedras
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Carver
martes, 29 de septiembre de 2009
Trivia
the bull and the bear are marking
their territories
they're leading the blind with
their international glories
I'm the screen, the blinding light
I'm the screen, I work at night
Ese es el tipo de toros y osos con los que tengo que lidiar todos los días.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Knock out
La siguiente escena aparece como entre sueños. La película ya había terminado y la televisión continuaba encendida. No puedo decir si vi parcial o totalmente la película. Para ser honestos, no recuerdo ni la primera escena. Haciendo un esfuerzo poco usual, busqué y encontré el control remoto. Apagué la televisión y volví a caer profundamente dormido.
Carajo, ¿sólo un hipnótico? si esta vaina pega más duro que Mike Tyson en sus buenos tiempos. Lo peor del caso es que no percibo ninguna mejoría. Ya es crónico esto de andar por la vida hecho un idiota.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Guitarra y orquesta
martes, 1 de septiembre de 2009
Con la vista en el cielo
Es el mismo avión de todas las mañanas. ¿Cómo lo sé? No lo sé con certeza, pero es un Airbus A330, la misma línea aérea, la misma hora (6:50 a.m.). Corrijo; podría apostar que se trata del mismo avión. Sigo a mi avión con la mirada, con la fascinación de un niño, con una sorpresa casi primitiva por ese objeto en el cielo. ¿De dónde me viene el gusto por los aviones?
Como en muchos de los asuntos en mi vida, no sé la respuesta. No sé de dónde viene, pero contemplar mi avión durante unos segundos es una buena forma de empezar el día. Mi avión se pierde lentamente dando un estético giro a la izquierda en su aproximación final, con la que termina su largo viaje. Yo me pierdo en la cabina de un sucio taxi y comienzo el mío.
sábado, 29 de agosto de 2009
Días sin sol
jueves, 27 de agosto de 2009
Con razón!
En días recientes, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal le otorgó la medalla al Mérito Ciudadano a Zabludovsky. Para mí resulta evidente que Jacobo añora los tiempos en donde todo estaba controlado en este país. Le leo cada lunes en El Universal, es evidente su nostalgia. Enemigo de todo lo que tenga olor a pan, amigo de viejos priístas que ahora militan en el partido que le otorgó la medalla, Jacobo sigue siendo un periodista exitoso. No comulgo con sus ideales políticos pero es un hombre culto a quien es muy divertido escuchar y leer.
Ayer vi en la t.v. una entrevista con Jacobo. Le pidieron que contara una anécdota de su larga carrera como periodista. Dijo no recordar nada en especial pero platicó la siguiente anécdota. De camino a su trabajo, en su auto, en la Zona Rosa de la ciudad de México se le acerca una vendedora de billetes de lotería y le pregunta "¿Usted es Jacobo Zabludovsky?" y él le contesta "si, soy yo". La vendedora sonríe ampliamente y dice "¡con razón se parece tanto!".
lunes, 24 de agosto de 2009
Signos y fonemas
A los fenicios les debemos el primer alfabeto, el primer intento por intentar crear un sistema en el que un signo representa un fonema. Pero esto no ocurrió hasta el año 1,000 a de C., y este alfabeto no tenía vocales. Otros pueblos avanzados fueron creando su propios sistemas de escritura, los griegos, los hebreos, los árabes, los egipcios. Después de muchos siglos de tropiezos, pero también de evolución y del perfeccionamiento de los sistemas de escritura llegamos por fin a lo que tenemos hoy día. El invento más importante del ser humano, al cual pocos consideran como tal. La escritura.
Hoy día, en pleno siglo XXI, existen alrededor de 3,000 idiomas. Sin embargo, sólo hay un sistema de escritura para 100 de estas lenguas. Por ejemplo, y para sorpresa de nuestros ignorantes políticos, el Nahuatl se habla, pero no se escribe, simplemente porque no existe un alfabeto para dicho idioma. No existen los signos que representen los fonemas que constituyen dicha lengua. Repito, sólo 100 de más de 3,000 idiomas cuentan con la facultad de poder escribirse y leerse. Y por cierto, es incorrecto hablar de dialectos. Cualquier sistema hablado, con o sin alfabeto, se considera una lengua, un idioma. Otra cosa es el uso dialectal de algunas lenguas. Por ejemplo, los argentinos y los mexicanos tenemos un uso dialectal diferente de un idioma en común, el castellano.
Pero hay más. Hoy día, uno de cada dos habitantes de este planeta no sabe escribir o leer el idioma que habla. Ya sea porque no existe un alfabeto del idioma o porque lo desconoce, pero recalco, uno de cada dos seres humanos no puede escribir o leer su propio idioma materno. Mi percepción es que esta proporción de los desheredados de la escritura crecerá con el tiempo, en buena medida por culpa de la tecnología y no gracias a ella como todos supondríamos. Se aceptan apuestas.
jueves, 13 de agosto de 2009
Oro por baratijas
miércoles, 5 de agosto de 2009
Carta al padre
Entre los documentos que evitaron las llamas gracias a Max Brod, se encontraba una larga carta de Franz Kafka dirigida a su padre. El destino quiso que este texto tan personal no fuera leído por su destinatario original. De acuerdo a los biógrafos del escritor, esta carta nunca fue leída por su padre. A cambio de ello, la carta ha sido leída por miles de lectores y estudiosos del escritor. Cuando te conviertes en un ícono de la literatura como Kafka, incluso tus más íntimos escritos se vuelven materia de estudio y de culto. El talento también tiene sus desventajas, vivir en el promedio tiene sus encantos.
"Carta al padre", comentan los estudiosos, es la llave que abre la puerta al entendimiento de la obra de Kafka, cuya vida y obra quedó marcada por la difícil relación que tuvo con su padre, quien es descrito como un hombre de un fuerte carácter autoritario, enfocado en su prósperos negocios y desilusionado de la "fragilidad" de su hijo Franz. Después de leer esta carta es mucho más fácil entender la motivación del escritor para escribir, por ejemplo, "Metamorfosis". Toda creación literaria parte del dolor, del sufrimiento.
La lectura de "Carta al padre" es un ejercicio de reflexión interesante. Se puede leer desde la perspectiva del hijo, la perspectiva "natural". La carta está escrita en primera persona, de modo que el lector asume naturalmente este rol, además de que casi todos hemos crecido con una figura paterna en casa. Para los que somos padres, se puede leer también desde la perspectiva del padre y, a partir de ello, hacer un ejercicio de autoevaluación. ¿Cuántos de los reproches del Kafka me los pueden hacer algún día mis propios hijos? ¿Cuántos de los reproches de Kafka eran justos y merecidos? ¿Cuántos eran inmerecidos y exagerados?
Los hijos siempre les tenemos una lista de reproches a los padres. En mi juventud yo hacía crecer esa lista en forma regular y la tenía a la mano para echarla en cara a la menor provocación. Con el paso de los años fui borrando varias línea de la lista. Hace algún tiempo la guardé en la bolsa trasera del pantalón. Con más de cuarenta años y con mis padres cansados por el paso de las décadas, mi lista ya no es legible. Pero no me importa en lo más mínimo, la he cambiado por una dosis, seguramente insuficiente, de comprensión, compasión y amor. Por su parte, mis hijos, en plena adolescencia, ya estarán escribiendo su propia lista, su propia carta al padre.
jueves, 30 de julio de 2009
Carta a Mariana
En estos días, con tu problema de salud, me tropecé con dos viejos conocidos en mi vida, a los cuales tenía mucho tiempo de no frecuentar: las lágrimas y los rezos. Como todos, aprendí a llorar cuando nací y poco a poco fui perdiendo el hábito. En cuanto a los rezos, Coca y Ray se encargaron de que aprendiera a hacerlo bien, tú sabes que esa parte se la tomaron muy en serio. Con el paso del tiempo fui perdiendo ese par de muletas. Sin embargo, con esta noticia respecto a tu salud, he tenido que echar mano de aquellos viejos conocidos, porque ha sido demasiado fuerte para mí ver y no entender lo que te ocurría.
Con todo esto he confirmado que los hijos de mis hermanos, y mira que tú fuiste la primera en esa categoría, me hacen muy feliz con sus alegrías, me enorgullecen con sus logros y me preocupan con sus problemas –ya sabes, como buen López Calva me preocupo fácilmente-. Todo esto de una manera muy intensa.
Y fue precisamente después de algunos días de lágrimas y rezos que me di cuenta que tú y todos los hijos de mis hermanos son más que mis sobrinos, que en realidad son medio-hijos. Ya sé, ese término no existe, pero si existen los primos-hermanos y los medios-hermanos, pues ahora yo he inventado esta categoría: media-hija ó medio-hijo. Eso describe mejor lo que siento por todos ustedes, mucho mejor que la palabra sobrino. De ahora en adelante serás mis media-hija Mariana, y también son mis medio-hijos Paulina, Daniela, Jerónimo, Diego y Emilia. Y los que lleguen más tarde.
Cambiando de tema, te quiero platicar que en medio de toda esta tormenta que fue tu repentina operación, algo muy positivo salió a flote. El amor. La tormenta arrojó al amor a las playas de esta familia. Tú no has podido darte cuenta, pero yo puedo decirte que estás rodeada del amor de muchísima gente, de toda la gente que te conoce y aun de la que no te conoce. ¿Sabes cuánta gente ha estado aquí en el hospital, cuántos más desde Puebla están al pendiente de ti, cuántos estuvieron rezando durante tu operación? ¡No lo creerías, Mariana! Una multitud, una multitud movida por el amor. Debes sentirte muy orgullosa de eso y debes tomar fuerza del amor que toda esta gente te tiene. Con muchas ganas y otro tanto de paciencia pronto estarás nuevamente en casa, rodeada de todos los que te queremos.
Te mando un beso con mucho cariño.
Tu tío Pablo.
P.D. Extraño mucho tus comentarios en este blog. Espero que te recuperes pronto para tener de regreso a una de sus lectoras más inteligentes.
miércoles, 22 de julio de 2009
Media-hija, sobrina
Quiero tomar las agujas de tus brazos para clavarlas en los míos.
Quiero arrancar el tubo que entra por tu boca y baja por tu garganta para ponerlo en mi boca.
Quiero que sea mi cuerpo el que genere el rechazo por culpa de ese intruso.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu ansiedad.
Quiero hacer míos tus espasmos.
Quiero llenar tus pulmones con el aire de los míos.
Quiero hacer mía tu angustia por la falta de aire.
Quiero ver tu respiración fácil, completa.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu incomodidad.
Quiero dejar de comer y beber.
Quiero una sonda que llegue hasta mi estómago a cambio de verte fuerte.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu miedos.
Quiero quitar ese herida que aun sangra en tu cerebro.
Quiero que sea mi sangre la que no deje de fluir.
Quiero rapar mi cabeza y acomodar mi cabello en la tuya para enmarcar tu hermoso rostro.
Te quiero de vuelta... quiero tomar tu lugar.
sábado, 18 de julio de 2009
Frustración, rabia, rechazo...(segunda versión)
Nuestros más finos ejemplares siguen engordando como cerdos y muy probablemente mueran en sus camas de viejos. Me refiero a los que engañan, a los que roban, a los que matan como forma de vida, como negocio. A los que han encontrado en ello el modo de hacer crecer cada vez más sus cuentas bancarias y sus impúdicas barrigas.
Mientras tanto, una joven dulce, inteligente y comprometida, una joven que no llega a los veinte años de edad, convalece en terapia intensiva en un hospital después de ser operada de urgencia. Un tumor en el cerebro ha sido el culpable de este tumbo en la vida de mi sobrina, de este golpe seco en la vida de todos los que la queremos y la admiramos.
Los intentos por racionalizar los irracional vienen de todos los frentes. Intentos que empiezan, claro está, por el ámbito religioso, católico, para ser más específico. También intentos que provienen de la trivialización y la desinformación de la filosofía oriental y de la metafìsica. Esta última, una moda clasemediera que se ha convertido en un gran negocio -sólo hay que asomarse a cualquier Sanborn's para ver cuánta basura hay al respecto-. Una moda que ofrece explicaciones estúpidas a problemas médicos muy serios.
La realidad es que no hay explicación posible. Se agradece la preocupación, la solidaridad de los amigos, pero al menos para mí, que he visto crecer a esta joven excepcional que jamás ha hecho daño a nadie, no hay una explicación posible. La vida es terriblemente injusta. Los peores, los más cínicos, engordan como cerdos hasta reventar. Los mejores, los más jóvenes y comprometidos tienen que ir a cirugía durante ocho horas para tener una segunda oportunidad en la vida. Llorar y maldecir ayudan un poco a liberar la frustración y la rabia, pero no ayudan a encontrar una explicación a todo esto. Debe ser porque no la hay.
miércoles, 8 de julio de 2009
Libros que me han hecho llorar
Probablemente mi caso es el común denominador, pero me doy cuenta que el cine me ha hecho llorar más que la literatura. Supongo que las imágenes y el sonido, una música apropiada, pueden crear más fácilmente el contexto para una lágrima. Aun así puedo contar con los dedos de una mano las películas que me han conmovido al grado de merecer una lágrima. No me sobran dedos, pero los dedos de una sola mano.
Pero el caso de los libros resulta algo misterioso para mí. He leído historias desgarradoras. Novelas, cuentos o poemas que se pueden clasificar de deprimentes. ¿Algunos ejemplos de libros "bajones" como dice mi amigo uruguayo "el manino"? "Opiniones de un payaso" de Böll, "Nueve cuentos sin final feliz" de Chéjov, "La vida breve" de Onetti, algunos pasajes de "Noticias del imperio" de Fernando del Paso, también algunos pasajes de "Los detectives salvajes" de Bolaño. Y tantos otros que bien podrían haberme arrebatado una lágrima. Pero no es común que un texto me haga llorar.
De hecho, en el título de este texto (post), sólo usé el plural de la palabra "libro" para otorgar el beneficio de la duda, porque el único libro que conscientemente recuerdo que me hizo llorar ha sido "El evangelio según Jesucristo" de Saramago. Quizá fue el cruce, el encuentro -¿choque?-entre un estado de ánimo muy bajo y la escena en la que el joven Jesús encuentra a su padre crucificado. Quizá no. Quizá la escena tocó algo en mi subconsciente, no lo sé. Lo único que me queda claro de todo esto es que es más fácil leer con los ojos secos.
martes, 7 de julio de 2009
El viejo Borges
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
la sombra de haber sido un desdichado
viernes, 3 de julio de 2009
Espejo
jueves, 2 de julio de 2009
Vivir y beber
Jeri Cain Rossi
La revista Nexos ha dedicado el número del mes de mayo al tema de la vida y la bebida. Hay colaboraciones sensacionales sobre el tema. Particularmente, me gustó mucho "Brindis por el ron" de Eliseo Alberto. Es mi deber informale al lector interesado que la revista Nexos en línea, la su página de Internet de la revista, ha dado acceso libre a toda la revista y a números de meses pasados. Desconozco si la medida es temporal, más vale aprovecharla.
Es también muy interesante el artículo "Licor y ansiedad" de Hugo Hiriart. El autor se confiesa alcohólico y hace un diagnóstico interesante de cómo la ansiedad y las fobias llevan a mucha gente al alcohol. Los esfuerzos de las clínicas y grupos para estos enfermos, afirma Hiriart, están mal enfocados, pues no van a la raíz del problema, no detectan, la fobia, la fuente de la ansiedad de la persona enferma, la cual fue la que lo condujo al alcohol. Apenas recuerdo y, por tanto, seguramente recuerdo mal, unas líneas de una película en boca de la protagonista -¿Sandra Bullock?-: "gustarme, lo que se dice gustarme... las malteadas de chocolate. El alcohol no me gusta en lo absoluto, pero me la he pasado borracha los últimos quince años de mi vida".
No me parece que la revista Nexos haya hecho una apología de la bebida. Me parece que logró con denodado esfuerzo, como todo buen borracho, el equilibrio. Están los cantos así como los espantos de las bebidas alcohólicas.
Yo, por mi parte, he llegado a la edad en la que los daños de la bebida sobrepasan a su magia. Solía parrandear tres días seguidos y padecer una resaca de medio día. Hoy, en mis cuarentas, me dedico a beber medio día en alguna fiesta que se prolonga y padezco una resaca de tres días. Aun así, disfruto de vez en cuando del brandy español y todavía me seduce una buena frase como la de Gary Ross: "La realidad es una ilusión temporal que produce la falta de alcohol".
martes, 30 de junio de 2009
Thriller
Desgraciadamente, la maquinaria parece funcionar mejor que nunca. Más temprano que tarde otra será la víctima, otra será la historia rentable y nada habrá cambiado un ápice. Al final, los carroñeros, los que ríen como hienas hambrientas, son los ganadores en un planeta en el que nadie quiere darse cuenta de que nos están pasando la misma película una y otra vez. No nos movemos, vivimos en el reino de la inmovilidad. Morimos ciegos ante esta realidad. Nadie escucha. Nadie presta atención. Todos están demasiado ocupados en buscar del mejor lugar para observar el espectáculo.
jueves, 25 de junio de 2009
Joaquín Cortés en Puebla

Oriente, Oriente, Oriente!!!
La misa la celebró el padre Luis Arredondo. Estoy seguro que a todos a los que nos dio clases alguna vez el padre Luis, estuvimos recordando durante la misa alguna anécdota divertida. Especialmente cuando en plena misa de pronto se detuvo confundido y preguntó “¿ya rezamos el Padre Nuestro?”; yo que me moría de hambre estuve a punto de contestarle “uuuy padre, ya hasta comulgamos”, para que ya sólo nos diera la bendición. Pero me contuve, y aunque todos nos sonreímos, nos comportamos a la altura con el padre Luis, que sobra decir que es bueno como el pan y muy querido por toda la generación.
En cuanto terminó la misa, empezaron los saludos, los abrazos. La prisa por platicar con quienes hace años que no nos veíamos. Esa prisa por reconocer a los que ya conocemos pero que el tiempo ha cambiado. Si comer no fuera una necesidad primaria del ser humano estoy seguro que nadie habría hecho caso de la sabrosa “taquiza” que nos esperaba. La comida fue sólo un acto de necesidad, una pausa necesaria en el júbilo de todos, que apenas podíamos esperar para platicar, para reír, para abrazar, para tomar fotos, para brindar, para bailar y celebrar la vida.
Alguien comentó respecto a los ausentes en la fiesta: “no los entiendo, está demostrado que estas reuniones, que los buenos recuerdos, generan endorfinas, generan placer”. Pero aun quienes no estaban físicamente presentes, también estaban en aquel salón. Nuestros compañeros que se han adelantado en el camino y quienes por algún motivo no pudieron asistir, todos estaban ahí. Todos presentes en las anécdotas, en los recuerdos, en los videos proyectados, en las memorias del Instituto Oriente, esas memorias con las fotos de hace más de dos décadas que todos veíamos con asombro, entre divertidos y azorados por descubrir cómo nos ha cambiado el paso del tiempo. No faltó nadie, todos estuvimos ahí.
Así que las endorfinas volaron por todo el salón, y con ayuda del etanol, faltaba más, aquello fue una fiesta de esas que nunca se olvidan. De aquellas reuniones que se guardan en el corazón, de las que marcan nuestras vidas. Todos peleamos por una hora más de renta del salón y lo conseguimos. Una pelea que marcaba ese deseo de que la fiesta no terminara nunca, una pelea por defender esa vuelta al paraíso, al paraíso perdido de la época estudiantil, de las escasas responsabilidades, de las amistades incondicionales, de los amores eternos, de los sueños y las ilusiones. Casi nada.
miércoles, 24 de junio de 2009
Una rosa para la Virgen
-¿Sabe que la epilepsia es hereditaria?
-No, lo sabía ¿pero estás seguro de eso?
-Eso me dijeron, que la epilepsia es hereditaria, pero ¿sabe?, le puede pasar a cualquiera, incluso a un futbolista.
-Sí, estoy seguro que sí.
En eso reconocí su rostro y le dije:
¿Oye, no te he visto en el deportivo Español?
Una sonrisa se le dibujó en su rostro.
-Si, voy todos los días a "jalar", a hacer pesas.
-Claro, ya decía yo que te había visto en algún lugar.
¿Cómo te llamas?
-Mario
Me extiende la mano con una sonrisa.
¿Y usted?
-Yo me llamo Pablo. Háblame de tú, no me gusta el "usted".
En eso noté que el joven lleva una rosa roja en la mano derecha.
¿Y esa rosa para quien es Mario?
-Para la Virgen. Le traigo una flor todos los días. Le rezo y le pido por mi familia y le pido que me permita encontrar una mujer con la que me pueda casar. Tener hijos no, porque la epilepsia es hereditaria. ¿Sabía que la epilepsia es hereditaria?
-No, no lo sabía Mario. Escucha, ¿por qué no te sientas aquí conmigo en lo que termina la misa? Está lleno de gente, cuando termine puedes pasar a ver a la Virgen, sólo faltan unos minutos.
-Si, es buena idea. ¿Sabes? en el puente de la calle de los Ángeles vendo galletas de avena, yo mismo las hago. Son muy sabrosas. ¿Cuando pases por ahí me compras unas galletas?
-Seguro que sí Mario. Te lo prometo. Pero, exactamente ¿en dónde es ese lugar?
Y así pasan dos o tres minutos de alegre, relajada plática.
-¡Mira Mario! la misa ya terminó, aquí viene toda la gente, ya puedes entrar a la capilla.
-Si, voy a dejarle la rosa a la Virgen y voy a rezar. Adiós, mucho gusto Pablo.
-Mucho gusto Mario. Cuídate.
Un apretón de manos y una sonrisa en el rostro de ambos. Mientras tanto la gente sale de la capilla, elegante, altiva, con sus consciencias limpias. Caminan seguros de sí mismos, con la convicción que les otorga el reconocerse como grandes cristianos que cumplen cabalmente las enseñanzas de "nuestro señor". Yo me quedo sentado, intentando hacer un brevísimo inventario de las cosas en esta vida que me ayudan a contener un poco el asco.
lunes, 22 de junio de 2009
Junio 22
domingo, 21 de junio de 2009
Feliz día del padre de parte de Irvine Welsh
Choose life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, Choose washing machines, cars, compact disc players, and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol and dental insurance. Choose fixed- interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisure wear and matching luggage. Choose a three piece suite on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who you are on a Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing sprit- crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pishing you last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked-up brats you have spawned to replace yourself. Choose your future. Choose life...
viernes, 19 de junio de 2009
El traje nuevo del emperador
jueves, 18 de junio de 2009
Se habla espanol
Hoy por la mañana intercambiaba opiniones sobre la economía mundial con un amigo norteamericano, trader en Nueva York, a través del "messenger". Mi amigo está aprendiendo español y le gusta practicar el idioma conmigo. Hoy opinó que la economía y los mercados "no trabajan bien, especialmente en la futurita". La futurita, por supuesto, es "el corto plazo". Yo sé que hice mal, pero no tuve el valor para corregirlo.
miércoles, 17 de junio de 2009
Ars longa, vita brevis


martes, 16 de junio de 2009
Tía Carlota
Quizá ese mismo gen te hizo pintora y pianista, una maestra de más de una generación de poblanos en ambas disciplinas. Alumnos y alumnas llenaron por años las diferentes casas en las que habitaste, donde la sala-comedor siempre estaba convertida en estudio, llena de caballetes y con un viejo piano como protagonista principal.
Manejabas tu auto por las calles de Puebla tal y como manejabas tu vida y tus relaciones interpersonales; de prisa, sin miramientos, directa, sin tacto. Y fuiste el terror de los agentes de tránsito. Como lo fuiste también de alumnos, taxistas, de las novias y los amigos de tus sobrinos y de alguno que otro desconocido que te encontrabas en tu camino. Y sin embargo, quienes de verdad te conocíamos sabíamos que en el fondo de esa dama de hierro estaba “Carlotita”, un ser humano más bueno que el pan, sensible, vulnerable, deseoso del amor de los demás y muy solitario.
Comías con tus "adorables sobrinos” cada lunes, sentada en un pequeño banco metálico, no en una silla, como todos los demás. Nunca entendí ese gesto del banco, el terriblemente incómodo banco, que siempre preferiste para sentarte a comer con nosotros, aun siendo una anciana de más de setenta años. Quizá fue una metáfora de la sencillez y la disciplina con la que siempre viviste.
Navegaste por la vida como un personaje de novela. Todos quienes te conocimos tenemos una anécdota que platicar de algún encuentro con "la tía Carlota". No todas deben ser agradables, pero así eras tú, dejabas una huella en todo aquel que te conocía. En mí dejaste más de una huella. En los atardeceres, justo antes de caer la noche viene a mi mente la frase “todavía hay luz de Dios”, la cual te escuché decir varias veces. Y también te haces presente en mí cada vez que interrogo a uno de mis hijos para conocer el árbol genealógico de algún amigo, cuando le digo a Laura “¿cuáles son los apellidos? los nombres no me sirven”. Quiero saber los linajes, la ascendencia familiar. Me frustra, tal y como a tí te frustraba, no conocer a la familia de las personas que entran a mi vida o la de mi familia.
Con más de ochenta años encima, ese gen locuaz por fin empezó a vencerte. Saludabas al recién llegado en forma seca y preguntabas ¿y tú quién eres? Cuando te mencionábamos nuestro nombre, después de unos segundos, aparecía en tus ojos un relámpago de lucidez y sonreías. Paradójicamente, unos minutos después eras capaz de platicar con lujo de detalle alguna anécdota de tu niñez, allá en Soledad de Doblado, la tierra que algún día te vio partir.
Mis padres cuidaron de ti, como han cuidado de todo el que se deje, hasta el día de tu muerte. El día de tu entierro, la tía Martha Hesperia me observaba insistentemente y casi al finalizar la ingrata faena se me acercó y me dijo: “te estaba observando y me parecía que estaba viendo al abuelo Enrique en persona. Eres idéntico a él”. No recuerdo que contesté, y no sé si la lágrima que derramé era propia, la de tu sobrino, o la de ese otro, tu papá Enrique, quien te daba la bienvenida a tu nuevo estudio.
lunes, 8 de junio de 2009
Lezama Lima
Ayer empecé a leer “Paradiso”, una obra considerada por los estudiosos una novela-poema más que una simple novela. Tal vez cometí una imprudencia. Me metí a una selva de una espesura y verdor inesperados. Lo peor es que me metí con ropa de calle y zapatos. Ahora que no me he alejado mucho, creo que es mejor regresar -si es que encuentro el camino de vuelta- y entrar por segunda ocasión a este sitio salvaje equipado con un machete de buen tamaño, botas, mochila y GPS. La belleza de esta selva es impresionante, pero más vale ir preparados porque no es un lugar para principiantes. Junto a este “Paradiso” del poeta cubano, el pueblo de Macondo y sus alrededores son un paseo de fin de semana para boy scouts. Y que no se mal interprete, la obra del Gabo es fenomenal, un pilar de la literatura en lengua castellana, pero “Paradiso” es un reto a muerte con el lector. Y mientras escribo estas líneas he aceptado el reto. Si no regreso en dos o tres semanas ya no me busquen. Considérenme como un expedicionario más perdido en el sistema poético del universo Lezamiano.
viernes, 5 de junio de 2009
Vidas paralelas
martes, 2 de junio de 2009
El Golem de Scholem (y de Borges)
En la mitología judía el Golem es un ser animado creado a partir de materia inanimada. ¿Alguna conexión con el Frankenstein de Mary Shelley? El título de la novela de Shelley nos dice que la autora se inspiró en el mito griego de Prometeo, no en la mitología judía del Golem. Pero de acuerdo a la definición judía, la criatura del Dr. Frankenstein, es un Golem. ¿Es Adán, en el Génesis, un Golem? Fue creado de barro, así que al menos por un momento Adán es un Golem, pero deja de serlo tras el soplo divino de su Creador, porque un Golem no tiene alma y no habla. Así que, ¿cuál opción le gusta más?, ¿somos un primate evolucionado o descendientes de un idiota de barro?, usted elija.
Para los interesados en el tema del Golem, una lectura obligada es la obra del famoso místico y cabalista judío Gershom Scholem, “La Cábala y su simbolismo”. De acuerdo a este autor, el Golem aparece cada 33 años, en una ventana de una habitación sin acceso, la cual se ubica en lo que fue un gueto judío, en Praga. Esta obra de Scholem es la que fascina a Borges y lo mueve a escribir su poema.
El Golem es también el título de una gran novela de Gustav Meyrink. Por supuesto el tema es sobre la leyenda judía, un ser creado de materia inanimada y la ciudad de Praga. Si mal no recuerdo, el ejemplar del libro de Meyrink que tengo en mi intento de biblioteca es una herencia de Gabo, que hace poco más de un año llegó a la casa como Santaclós cargado de muy buenos libros para ponerlos en adopción.
De regreso a Borges y su poema, se dice que los primeros versos de “El Golem” son la clave del nombre de la novela de Umberco Eco “El nombre de la Rosa”, pero es sólo una de varias versiones. Como buen semiólogo, Eco nos dejó varias claves por descifrar en su novela, empezando por el título.
Finalmente, el griego al que se refiere Borges en su poema es Platón -diálogo entre Crátilo y Hermógenes- en donde Crátilo afirma: “El que conoce los nombres conoce también las cosas”.
El Golem
Si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de ‘rosa’ está la rosa
y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.
Si el tema es de su interés, pueden buscar el resto del poema. A diferencia del Golem, los libros de Borges se encuentran en habitaciones de fácil acceso.
viernes, 29 de mayo de 2009
¿Todo bien?
-No descuide su salud pelao
-No, claro que no don Roberto
-¿Qué edad tienen sus hijos?
-Quince y doce años
-Pos todavía tiene mucha chamba por delante, no puede fallar
-Si, yo lo sé don Roberto
-O qué ¿no quiere llegar a ser abuelo?
-Claro que si, me encantaría
-Bueno, pos entonces no se descuide, no se mal pase pelao
-No, no
-Se lo digo en buen plan, no ande descuidando su salud
-Si yo se y se lo agradezco, hasta luego don Roberto.
Creo que le llaman inteligencia emocional. En ese terreno está claro que soy un verdadero pendejo. ¿Por qué no le pregunté a mi interlocutor en ese momento a qué se debía su aparente preocupación por mi salud? Eso era lo lógico, lo inteligente -emocionalmente hablando- ¿o no? Pero no lo hice. Tenía prisa, fui cortés en lugar de ser asertivo, le di el avión. Y aquí me tienen desde hace 48 horas viéndome al espejo a ver qué carajo fue lo que don Roberto me vio mal como para hacer tales recomendaciones. ¿Estoy más ojeroso?, ¿más gordo?, ¿o quizá más flaco? no, no creo, ¿manchas en la cara? ¡Ya se! cansado, seguro sólo me vio cansado. Pero ¿y si no fue eso?...
Don Roberto será muy franco, pero qué poca madre, esto no se le hace a un hipocondríaco.
Las flores del cerezo

Ayer fui a ver la película “Las flores del cerezo” (título original Kirschblüten Hanami). Una de las primeras líneas de la película, y la frase que más se repite, es justamente “one apple a day…”. Esto me hizo sentir inmediata familiaridad con la película -a pesar de que iba solo, estoy seguro que se dibujó en mi rostro una sonrisa idiota-. Una frase que quizá es la menos relevante en la historia. Una historia de muerte y redención, principalmente. Pero también una historia de amor, una historia del desencuentro entre padres e hijos, una historia con muchas vetas que explotar.
No soy crítico de cine -como si hiciera falta aclararlo-. Sólo tomé un curso de teoría cinematográfica en mis estudios de licenciatura y gracias a ello conozco lo que es un paneo, un travel, un plano secuencia, una cámara subjetiva. En la típica película de Hollywood, las tomas son cada vez más falseadas y siempre con un acabado digital –y en donde el colmo de lo “fake” es la famosa pantalla verde, como en la película “300”-. A diferencia de ello, en “Las flores del cerezo” las tomas más bellas están logradas con una simple toma fija. Una cámara sobre un trípode. Es el regreso a la belleza de la simplicidad. Estéticamente no se puede pedir más. La fotografía de la película es espectacular. Visualmente un deleite. Lo mismo sucede con el guión. No hay palabras de sobra. No hay necesidad de largos y complicados diálogos cuando tienes buenos actores, una gran historia en las manos y una gran directora (Doris Dörrie). Los gestos, los silencios, los movimientos corporales te hacen vibrar.
En el siempre dinámico “top ten” de mis películas favoritas -unas entran, otras van dejando paso a las incorporaciones- “Las flores del cerezo”, por lo pronto, se ha ganado un lugar. Vamos a ver por cuanto tiempo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
El cabrón y la santa
En la vida cultural el fenómeno no es diferente. Si eres un creador y quieres existir, las becas, los trabajos, los foros, los contactos, los museos, están en la ciudad de México. Afortunadamente, algunos valientes se resisten a ese gran imán que representa el centro del país y deciden llevar a cabo su labor creativa desde sus lugares de origen. En el terreno literario, el norte de la república tiene varios escritores que están destacando.
Daniel Sada es uno de ellos. Sada nació en Mexicali, Baja California y aunque estudió en la ciudad de México, podemos ubicarlo como un foráneo, tanto a él como a su obra, que tiene como contexto principal el desierto del norte de la República Mexicana.
El genial escritor chileno Roberto Bolaño describió a Sada como un escritor barroco que está revolucionando la literatura mexicana. Las obras más conocidas de Sada son las novelas “Porque parece mentira la verdad nunca se sabe” y “Casi nunca”. Recientemente terminé de leer esta última novela. No me gusta el barroco, pero disfruté mucho la obra y, efectivamente, el estilo de Sada no se parece al de ningún autor mexicano que haya leído.
Hace un par de años, por motivos de trabajo, visité Parras, Coahuila. El viaje en avión a Torreón no tuvo mayor gracia. Pero en el aeropuerto de Torreón me esperaba un auto con chofer de la empresa a la que visitaba. Y durante el viaje de Torreón a Parras el paisaje fue el protagonista. ¡Que paisaje! No es un paisaje hermoso, es un paisaje imponente. A los lados de una carretera todavía en construcción observas enormes valles de tierras áridas. Algunas cadenas de cerros sin vegetación, de poca altura, de filosas cumbres. Es el típico paisaje en donde te imaginas que vas a encontrar un auto averiado con un pasajero del cual sólo queda un esqueleto. Así, como de película. Después de unos minutos te das cuenta de que a pesar de que la carretera es una línea recta interminable, bien podrías estar avanzando en círculos, porque el paisaje es idéntico durante más de dos horas. Sin carreteras, sin mapas o brújulas es un lugar perfecto para perderse.
Finalmente, después de casi tres horas de monotonía, llegas a un oasis que se llama Parras. Al llegar, el paisaje se torna color verde. Se pueden ver árboles, vegetación, ¡un poco de vida! Se pueden ver incluso viñedos, cortesía de casa Madero. Parras es un respiro ante un paisaje que intenta volverte loco. De acuerdo a lo que me explicaba el chofer, Parras está casi a la mitad de camino entre Torreón y Saltillo. Ese es Parras, un oasis entre dos ciudades. Durante poco más de un día que duró mi visita me sentí en el medio de la nada, con todo respeto a la gente de Parras.
La mayor parte de la novela “Casi nunca” se desarrolla en esa zona del país, pero la historia se sitúa a mediados del siglo pasado. Gracias a mi reciente viaje a Parras, la lectura de la novela de Sada resultó vívida, ya que fácilmente pude recrear el contexto, el paisaje, el calor sofocante, la arena, los eternos viajes sobre caminos infames en los que se mueven los personajes. Si para mí resultó toda una aventura este viaje a Parras, en un auto moderno, con aire acondicionado y sobre una carretera decente, recorrer aquellos pueblos de Coahuila en la década de los años cincuenta debe haber sido propio de héroes o de idiotas.
No contaré la trama de la novela "Casi nunca", pero empecé comentando que la obra de Sada es todo menos centralista. La trama es interesante, divertida, y muy provinciana. Me acordé de una plática de orientación sexual en la preparatoria, en la que un sacerdote jesuita, de cuyo nombre no puedo acordarme, nos decía que el típico matrimonio provinciano en México requería de un cabrón y una santa. Bien podría ser este un título alternativo a la gran novela de Daniel Sada.
jueves, 21 de mayo de 2009
Gracias por los versos
Oscar Wilde
De acuerdo al crítico literario Christopher Domínguez Michael, la obra del escritor Hermann Hesse está inspirada en la adolescencia del ser humano. Típicamente, Hesse se lee en la adolescencia y al releerse te remite nuevamente a esa etapa de la vida. Temática y cronológicamente -como lector- Hesse representa la adolescencia. Evidentemente, estoy simplificando al máximo el interesante texto de Christopher Domínguez, pero ese es el punto.
El día de ayer el canal 22 transmitió una entrevista con Mario Benedetti. La entrevista se llevó a cabo hace unos diez años, la retransmisión fue por razones obvias. El refrán dice algo así como “Si quieres conocer tus defectos, cásate. Si quieres conocer tus virtudes, muérete”. Y si no dice así, así me gusta a mí.
Las preguntas de la entrevista, con un chocante cuidado teatral y un maquillaje perfecto como de diva del cine, corrieron a cargo de Silvia Lemus. Benedetti habló de todo, empezando por la política. Don Mario dijo que aunque en Latinoamérica se habían acabado las dictaduras, esta zona todavía padecía la dictadura del neoliberalismo. Afirmó que aunque, “aparentemente” había democracia en los países de Latinoamérica, en realidad quienes gobernaban la zona eran el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y que nadie había votado por los presidentes de estos organismos. Dijo que los tiempos de esperanza que vivió la zona fueron el triunfo de la revolución cubana y de la revolución sandinista. Todo esto dijo Benedetti, pero bien lo hubiera podido recitar de memoria un estudiante de preparatoria de cualquier universidad pública. La diferencia es que en la fecha de la entrevista Mario Benedetti debió tener cerca de ochenta años de edad.
Antes de finalizar la entrevista, de pronto y sin previo aviso, mi cama se convirtió en máquina del tiempo. Viajé al pasado, a mis años de juventud, de estudiante de preparatoria, a mediados de los años ochenta. Los años de la revolución sandinista, la revolución en El Salvador. Mi educación jesuita hacía sus efectos y me ilusionaba la idea de un mundo mejor. Y si la vía de las armas era la opción, ¡qué mejor! No había opción más romántica, más digna de morir. Reviví mi indignación por el regaño de Karol Wojtyla a Ernesto Cardenal, en público, en pleno Aeropuerto de Nicaragua. En ese significativo acto se acabo mi relación con la iglesia del Vaticano, -la puta de Babilonia, le llama Fernando Vallejo-.
Entonces llegó lo inevitable. Recordé intensamente las páginas de “Primavera con una esquina rota”, de “Gracias por el fuego”. Vinieron a mi mente los versos de decenas de poemas que me enamoraron y que me ayudaron a enamorar. Recordé a Benedetti como el compañero de lucha, como el maestro, como el idealizado escritor. La química cerebral es poderosa, unas lágrimas se asomaron tímidamente en mis ojos. De acuerdo al texto “Instrucciones para llorar” de Julio Cortázar, lo estaba haciendo muy mal, así que me contuve.
Finalmente mi cama aterrizó abruptamente. ¡Vaya viaje! Y sin ayuda de nada. Con el mismo enfoque del texto de Domínguez Michael, me permito establecer que Benedetti es el escritor de la juventud temprana, de la rebeldía, del sueño revolucionario. Leerlo es propio del joven de la preparatoria y de los primeros años de la universidad. Releerlo te llevará irremediablemente a esa etapa de la vida post-adolescente, de sueños de igualdad, de desobediencia ante las figuras de autoridad. La obra literaria de Benedetti no superó la dictadura, no rebasó el exilio, no traspasó la tortura, no evolucionó. De vuelta a la entrevista, cuando Lemus le pregunta en qué está trabajando, Benedetti le responde, en los albores del nuevo milenio, que está escribiendo una novela cuyo personaje es un Uruguayo de clase media en los años setenta, que es apresado y torturado... deja vu. Así que después de Julio Verne y Salgari, vendrá Hesse e inmediatamente después, vendrá Benedetti para el joven lleno de espinillas e ideales y ahí quedará, cada vez más lejos del lector que intenta crecer.
Y está bien, habrá quien vea méritos en la congruencia ideológica del viejo Benedetti, pero yo soy más devoto de la evolución constante, de la duda metódica de toda ideología y creencia. Me hará feliz encontrarme en mi lecho de muerte con la idea de que he vivido equivocado en casi todo y con la convicción de que La Verdad, no existe. Le doy gracias a Benedetti por las palabras que me hicieron soñar y enamorarme. Por prestarme sus versos para acelerar el corazón de la enamorada en turno. Le doy las gracias por las tardes y las noches de apasionada lectura. Pero eso fue hace años, hace muchos años.
martes, 19 de mayo de 2009
No, no es una historia de amor (convencional)
Me parece que entre los doce y los veinte años es la etapa en la que nos hacemos de nuestros vicios, buenos o malos. El cigarro, el alcohol, la lectura, entre otros. De estos tres ejemplos no se cuál de los tres es el mejor, pero yo fomentaba la lectura, aunque estoy consciente de que un lector no es necesariamente mejor persona que un analfabeta. La historia nos ha dado grandes asesinos ilustrados, amantes de la lectura, así como a santos y mártires que apenas sabían leer. Pero así es esto de los vicios. Un alcohólico invita a sus amigos a tomar. Yo invitaba a mis alumnos a leer.
Un semestre me topé con una alumna, que además de ser brillante, académicamente hablando, era una gran lectora. Mis recomendaciones literarias normalmente ya habían sido leídas por mi alumna. El que al final de la clase apuntaba nuevos títulos y nombres de autores era yo. Siempre se aprende más como profesor que como alumno. Algún día, mi alumna me comentó que su libro favorito era “El maestro y Margarita” de Mijaíl Bulgákov –Ucraniano de origen, ciudadano de la Unión Soviética por caprichos de la historia-. Algunos años antes había escuchado sobre este libro, pero era en realidad una obra lejana para mí. No figuraba en absoluto en mi lista de prioridades de lectura. Pero mi alumna me habló con vehemencia de esta obra y su entusiasmó terminó por moverme, de modo que en cuanto pude compré el libro y lo leí.
En general, “El maestro y Margarita” es un libro que no admite medias tintas. Una de dos: dejas la lectura a medias, totalmente aburrido y odiando el libro, ó: terminas rápidamente el libro, en un estado parecido al Síndrome de Stendhal. Para los que quedamos encasillados en la segunda categoría el libro se convierte en una obra de culto. Un libro que siempre invita a releerse, especialmente ciertos capítulos.
Debo decir que el libro no es apto para todo público. El autor, entre otras licencias creativas que se otorga, da una versión muy original de los últimos días de Jesús en la tierra. Para el autor, Jesús no es más que un predicador más del desierto. La conversación de Jesús con Pilatos y el desenlace de esta plática son una pieza importante de la trama del libro -y literariamente una obra de arte-, pero es también una blasfemia. En un planeta con millones de cristianos me parece pertinente hacer esta aclaración, para que nadie se sienta ofendido.
Para terminar de escandalizar a algunos de mis pocos lectores, debo hacer un apunte que hace de puente entre la literatura y la música. Mick Jagger de la banda de música The Rolling Stones escribió la canción “Sympathy for the Devil” después de leer este libro. Yo no soy un fanático de “Los Stones”, pero debo decir que “Sympathy…”, es, junto con “Ruby Tuesday” y “She’s a rainbow”, una de las pocas canciones que me gustan de este grupo.
En una ocasión, en un arranque de frustración, desesperación, o una combinación de ambas, Bulgákov, que sentía el asedio del régimen y padecía la censura como autor, quemó varios capítulos de su novela. Afortunadamente, el autor tuvo el valor de escribirlos nuevamente, casi de memoria un tiempo después. De ahí una de las frases más famosas del libro: “Los manuscritos no arden”. Bulgákov murió en 1940 cuando todavía trabajaba en las últimas correcciones de su obra. “El maestro y Margarita” se publicó como libro completo unos treinta años después de la muerte de Bulgákov, escondida todo este tiempo de las manos de los censores del régimen soviético.
Existen miles de libros y cada lector forja su propia ruta. Que no se tome a recomendación este breve texto salpicado de mi entusiasmo de aprendiz de lector. Es tan sólo una anécdota de vida que felizmente involucra a dos personas y un libro. Por cierto, el nombre de aquella alumna que me habló del libro es Margarita.
viernes, 15 de mayo de 2009
Marlboro Marine

Two lives blurred together by a photo
jueves, 14 de mayo de 2009
¿Qué podrá ser?
miércoles, 13 de mayo de 2009
Plegaria del insomne
La ansiedad propia de Adán que ya se ve expulsado del paraíso, en este caso, sin Eva. El destino me tenía guardada una constante repetición de la versión mejorada de este pasaje del Génesis.
Y del mito de Sísifo, claro. El héroe ciego llevando a cabo diligentemente su inútil tarea, una, dos veces, mil veces, toda tu vida. La enorme piedra vuelve a caer al pie de la montaña. Esfuerzo carente de sentido. Albert Camus tiene un buen punto. Sólo hay un problema filosófico fundamental.
Pastilla uno, pastillado dos, pastilla tres... no duermo. El cansancio y la ansiedad pasean de la mano por mi vida, como cómplices despiadadas que juegan con mi mente. Algo suena en mi cabeza como esa larga nota de la canción "A day in the Life", de los Beatles. La nota más larga en la historia de la música.
¿Un "snap"? Creo que no. Algunas ventajas tiene la mediocridad, vivir en el promedio. Ayer fueron dos, quizá esta noche puedan ser cuatro horas de sueño. Joder, ¿cuántos días quedan?