martes, 6 de octubre de 2009

Chocoholic

Hola, me llamo Pablo y soy adicto al chocolate. He aceptado mi problema y me doy cuenta de que empecé a consumirlo siendo apenas un crío. Todos los domingos por la tarde, al placer de la devoción le seguía el placer mundano y adictivo del cacao. El auto de mi padre era secuestrado en pleno curso por siete mocosos que pedían a gritos como destino la tienda "Larín", ubicada en la calle 9 sur, casi esquina con 25 poniente. El copiloto era nuestro cómplice, el plan no nos fallaba nunca.
Creo que ahí empezó todo. Aun no puedo olvidar el aroma, las vitrinas repletas, las formas, los colores, casi el paraíso. Había chocolates prohibidos, los que eran sólo para mamá, las trufas, los más caros. Pero mamá siempre convidaba de esos trozos de gloria, de esos chocolates con un sabor amargo, con el verdadero sabor del chocolate puro, sin el disfraz de la manteca y de la leche. No eran del gusto de todos. Para la mayoría de mis hermanos el sabor era demasiado fuerte.
A mí me enganchó de tal forma que más de treinta años después aun no he podido liberarme de este vicio. Soy un adicto y cada vez estoy peor. En mi juventud me conformaba con cualquier chocolate. Con el paso del tiempo entré en una espiral que me trajo hasta aquí. Desprecio por completo los chocolates dulzones y sólo encuentro el efecto deseado en el chocolate amargo. Últimamente he tocado fondo. Sólo compro chocolate con 80% de contenido de cacao. La gente me ve en forma extraña, habla por lo bajo y se aleja de mí. Compro chocolate en forma compulsiva, lo escondo en todos los rincones de la casa y de la oficina. He llegado a levantarme de madrugada para comer chocolate. Estoy desesperado, necesito ayuda, me llamo Pablo... snifff, snifff... soy adicto al chocolate.

6 comentarios:

  1. Hola, soy Perla, vivo un poquito más al norte en MX y sí, también soy chocoholic.

    [benditas las tardes de chocolate y blogs...]

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  2. Me adiero al grupo de Chocoholics. Aquí en Cancún hay 2 bebidas que me pueden volver loco: Un ojo rojo helado o un vaso enorme de malteada de chocolate. Además claro de las paletas de chocolate, los chocolates en barra, confitados, en fin, en todas sus presentaciones. Ah! pero eso sí! bien fríos por aquello del calor. Un abrazo Paul!.

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  3. La Tienda Larin de la 9, por supuesto, lo habia olvidado. gracias. Un beso

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  4. gracias por tu comentario en mi blog, Pablo... gracias de verdad. sobre todo por combinarme con la palabra poesía, que mira que esto apenas alcanza pa' llamarlo caligrafía del alma. el otro término queda grande, pero seguimos en el intento.

    un abrazo achocolatado desde acé :)

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  5. Oh, sí... El Lindt con 80% de cacao. Los franceses dicen que con ese porcentaje no engorda así que, bueno, cómelo sin culpas. ¡Un saludo!

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  6. Hablando de chocolate, les recomiendo esta nota de Enrique:

    http://kikegavilan.blogsome.com/2009/10/19/in-defense-of-milk-chocolate/

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