martes, 30 de junio de 2009

Thriller

Hacen un esfuerzo, un intento totalmente fallido, por presentarlo como un homenaje. No obstante, la intención que se percibe no es de luto, sino de lucro. El disfraz no sirve. Estamos ante el espectáculo del horror. Estamos ante una disputa entre animales de carroña. Es una lucha por los despojos de un infeliz. Paradójicamente, estos carroñeros son los mismos que lo encumbraron, los mismos que festejaron su caída y que por años sobrevolaron impacientes al herido y vulnerable "freak" que ayudaron a crear. Al fin han aterrizado y están culminando su labor ante los ojos de su estúpida audiencia que no entiende que lo que observa no es un velorio, sino un festín. Que no alcanza a percibir que lo que ve en los medios de comunicación no es la reseña de la grandeza, sino de la miseria del ser humano.
Desgraciadamente, la maquinaria parece funcionar mejor que nunca. Más temprano que tarde otra será la víctima, otra será la historia rentable y nada habrá cambiado un ápice. Al final, los carroñeros, los que ríen como hienas hambrientas, son los ganadores en un planeta en el que nadie quiere darse cuenta de que nos están pasando la misma película una y otra vez. No nos movemos, vivimos en el reino de la inmovilidad. Morimos ciegos ante esta realidad. Nadie escucha. Nadie presta atención. Todos están demasiado ocupados en buscar del mejor lugar para observar el espectáculo.

6 comentarios:

  1. Nunca he sido gran fan de los "thrillers" (aunque algunos me han gustado). La semana pasada volví a ver videos de Michael Jackson en YouTube, y confirmé que yo también fui su fan cuando era el rey. Y he ignorado las noticias sobre los pleitos y demás desde entonces: ese es un thriller que no me interesa. Que se peleen ellos.

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  2. Dicen los que saben de esto que, aunado a su talento, lo que volvió un ícono a Jackson fue el genio de Quincy Jones y todo el capital y la maquinaria de mercadotecnia con la que contaba este hombre.
    Yo bailé muchas noches al ritmo de las canciones de Michael (¿les dice algo el nombre Cuche's?) pero en el fondo nunca fue santo de mi devoción. Por un lado tenía amigos 100% roqueros que detestaban a Jackson y por otro tenía amigos "discotequeros" que lo idolatraban. Creo que yo me ubicaba en el medio, no creo que por la virtud de ser un moderado sino por intentar no alejarme demasiado de esos dos bandos, a los que apreciaba y sigo apreciando por igual.

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  3. Tal como dices, los mismos que lo encumbraron festejaron su caída y otros vendrán. Al respecto en la revista dominical de El País, Rosa Montero escribe "Subir y Bajar", muy bueno. Y en un número de tal vez hace 4 ó 5 meses de Letras Libres, VArga Llosa escribe sobre "La Sociedad del Espectáculo", también muy bueno. Gaby

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  4. Hola Pablo: A mí este asunto de la muerte de Michael Jackson -que no puedo negar que sí me pegó pero no al grado de las lágrimas- me produce la eterna sensación de que el medio del espectáculo es un cíclope con una vorágine en su interior. El que no es tragado y destruído, es desechado sin derecho al reciclaje y los pocos que han logrado sobrevivir no pueden presumir de una gran cordura. Aunque este halo demoniaco ya nos lo hacían ver desde siempre las abuelas y los tíos "con colmillo" al vernos jugar al playback con los primos, la realidad es que el talento viene a ser un arma de doble filo. Un chico que tenga tempranas cualidades, ya no digamos de la cantada o la bailada, sino incluso con visos de matemático,paramédico, abogado o por lo menos con buenas calificaciones será una promesa que puede hacer surgir la codicia desde lo más profundo de las almas de sus padres. Es esa necesidad que ronda nuestras cabezas y corazones paternos y que se infla como tortilla bien hecha cuando nuestra criatura pasa al estrado por la medalla del primer lugar, el premio al chico más destacado o de a perdida la mención honorífica en el tae kwon do.
    Siempre he creído que estas tragedias de las estrellas llevan su metáfora de la vida cotidiana. Porque podemos estar repitiendo la historia de Joe Jackson con su famoso hijo: un muchacho con cualidades y un padre con muchas expectativas sobre él. Y ahí está la delicada tarea que nos toca. Saber estirar la cuerda lo suficiente para conseguir un bello sonido, sin reventarla. Un saludo. Maggi.

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  5. Gaby;
    Gracias por las recomendaciones de Montero y Vargas Llosa. Yo estoy por leer, ¡tiempo, más tiempo!, "El imperio de los efímero" de Lipovetski.
    Saludos,

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  6. Margarita,
    Además de escribir muy bien, se nota que eres analítica y muy inteligente. Tu comentario hace una gran aoprtación. ¿Qué haríamos diferente tú o yo si tuviéramos un hijo con el talento de Michael Jackson sentado a nuestra mesa en el desayuno? Nada fácil.
    Por cierto visité tu Blog, te felicito. Ya hubiera querido yo un profesor de español así en mis tiempos de estudiante. Es notorio el gusto por la literatura y por la pedagogía. De verdad que te felicito por el tiempo y los recursos que le dedicas a tus alumnos.
    Saludos,

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