viernes, 29 de mayo de 2009

Las flores del cerezo


One apple a day keeps the doctor away. Escuché esta frase cuando viví en los Estados Unidos –de Norteamérica-. Cuando la vida me trajo a empujones a la ciudad de México, se volvió una costumbre el que Laura incluyera en mi equipaje una bolsa con cinco manzanas. Y costumbre también se hizo el que me coma una manzana a media mañana en la oficina. Seis años de ese ritual. “La rana” me preguntó un día a que se debía esa afición por las manzanas y me respuesta fue “one apple a day keeps the doctor away”. Me puso de apodo manzana-man y cada mañana, cuando paso frente a su lugar rumbo a la cocineta a lavar mi manzana, lanza su acostumbrado saludo, ¡manzana-man! y de vez en cuando yo le reviro "one apple a day...".
Ayer fui a ver la película “Las flores del cerezo” (título original Kirschblüten Hanami). Una de las primeras líneas de la película, y la frase que más se repite, es justamente “one apple a day…”. Esto me hizo sentir inmediata familiaridad con la película -a pesar de que iba solo, estoy seguro que se dibujó en mi rostro una sonrisa idiota-. Una frase que quizá es la menos relevante en la historia. Una historia de muerte y redención, principalmente. Pero también una historia de amor, una historia del desencuentro entre padres e hijos, una historia con muchas vetas que explotar.
No soy crítico de cine -como si hiciera falta aclararlo-. Sólo tomé un curso de teoría cinematográfica en mis estudios de licenciatura y gracias a ello conozco lo que es un paneo, un travel, un plano secuencia, una cámara subjetiva. En la típica película de Hollywood, las tomas son cada vez más falseadas y siempre con un acabado digital –y en donde el colmo de lo “fake” es la famosa pantalla verde, como en la película “300”-. A diferencia de ello, en “Las flores del cerezo” las tomas más bellas están logradas con una simple toma fija. Una cámara sobre un trípode. Es el regreso a la belleza de la simplicidad. Estéticamente no se puede pedir más. La fotografía de la película es espectacular. Visualmente un deleite. Lo mismo sucede con el guión. No hay palabras de sobra. No hay necesidad de largos y complicados diálogos cuando tienes buenos actores, una gran historia en las manos y una gran directora (Doris Dörrie). Los gestos, los silencios, los movimientos corporales te hacen vibrar.
En el siempre dinámico “top ten” de mis películas favoritas -unas entran, otras van dejando paso a las incorporaciones- “Las flores del cerezo”, por lo pronto, se ha ganado un lugar. Vamos a ver por cuanto tiempo.

3 comentarios:

  1. Primaso: Cuando quieras tengo toda la coleccion de sui generis en mp3 (que tal la tecnologia, no?) y solo hace falta q nos reunamos con unas frias para que lo tengas. un abrazo. gerardo gallardo

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  2. Coincido totalmente con todo lo dicho sobre esta películas, es sencillamente una obra de arte, inolvidable!!

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  3. sip, definitivamente es una película muy buena, vale la pena, buen comentario n_n

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