martes, 7 de julio de 2009

El viejo Borges

Yo, como aquel cronopio, espero llegar a viejo. Por hay formas de llegar. Jorge Luis Borges escribió, ya siendo un viejo, el siguiente poema. Me parece una forma muy digna de llegar. Un viejo que nos demuestra que no ha perdido un ápice de su magia creativa. Un viejo erudito, que tira dentelladas a la posteridad como un hambriento animal salvaje.

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
la sombra de haber sido un desdichado

1 comentario:

  1. Qué curioso. El jueves pasado en la graduación del bachillerato, el maestro que dirigió las palabras de despedida a los jóvenes, hizo referencia a este poema con el propósito de invitar a sus alumnos a ser felices. El maestro, claro, está a cargo de la materia de Literatura y además escribe.
    Coincidencias. GAby

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