Quiero tomar tu lugar. Quiero tu dolor.
Quiero tomar las agujas de tus brazos para clavarlas en los míos.
Quiero arrancar el tubo que entra por tu boca y baja por tu garganta para ponerlo en mi boca.
Quiero que sea mi cuerpo el que genere el rechazo por culpa de ese intruso.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu ansiedad.
Quiero hacer míos tus espasmos.
Quiero llenar tus pulmones con el aire de los míos.
Quiero hacer mía tu angustia por la falta de aire.
Quiero ver tu respiración fácil, completa.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu incomodidad.
Quiero dejar de comer y beber.
Quiero una sonda que llegue hasta mi estómago a cambio de verte fuerte.
Quiero tomar tu lugar. Quiero tu miedos.
Quiero quitar ese herida que aun sangra en tu cerebro.
Quiero que sea mi sangre la que no deje de fluir.
Quiero rapar mi cabeza y acomodar mi cabello en la tuya para enmarcar tu hermoso rostro.
Te quiero de vuelta... quiero tomar tu lugar.
Creo que es la primera vez en mi vida que me quedo sin palabras.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Miguel.
Estoy segura que todos tus amigos, incluida yo quisieramos estar a tu lado. Un beso.
ResponderEliminarFinalmente me decidí a sacar lo que traigo adentro:
ResponderEliminarhttp://gabo.blogsome.com/2009/07/24/mariana/
Y como digo allí, espero que poco a poco sea la calma, y no la frustración ni el dolor, lo que llene nuestros corazones. Hay que seguir juntos, cuidando a Mariana con ese "escudo de amor" del que habla Gaby en su texto que nos envió. Paciencia. Aquí estamos todos, juntos. Un abrazo.
Que dificiles son los caminos por los que nos lleva Dios o el universo o como quieras llamarlo, para què? para algo muy valioso, tal vez para saber que todos sabemos ser amorosos, tal vez para enseñarles a nuestros hijos que la vida es valiosa y que no la desperdicien en vicios sin sentido, que Mariana siendo una niña sana, libre de cosas negativas le pasa esto.
ResponderEliminartal vez en este mundo lleno de drogas y alcohol quiere sacudir a los niños y jovenes de nuestra familia al rechaso de eso con este sufrimiento de Mariana. No entendemos este dolor ni `porque a ella, pero Dios prueba nuestra fe ahora,y se que todos la tenemos en que pronto esto ya va a ser historia,pronto sanarà es una niña joven sana y muy fuerte, aunque ella lo dudaba. te quiero.
Lupe
Querido Pablo: Siempre he estado segura del poder de las palabras para hacer realidad lo que deseamos. Por eso no dejo de repetir: Mariana está sana, Mariana está sana, Mariana está sana... No como un acto de locura desesperado y sinsentido. Es más bien, un deseo que quiero ver cumplido, un mantra que llevo estos últimos días en mi cabeza y corazón y sobre todo, una afirmación que, estoy segura, se cumplirá. Desde aquí un abrazo para toda la familia a la que nos incluímos estos amigos que los queremos como hermanos. ¡ÁNIMO!
ResponderEliminarQuerido Pablo: Aún estoy llorando por tu hermoso poema a Mariana. No solamente por su forma impecable y profunda sino por el amor a Mariana que contiene y que me reconforta en estos momentos de prueba tan difícil. Gracias por tu apoyo y tu "media paternidad" tan de a deveras.
ResponderEliminarMartín