martes, 14 de abril de 2009

Los libros y la noche

Se llama Degeneración Macular. No está asociada con padecimientos como la Diabetes ni la presión alta, es más bien un defecto en el código genético de quien la padece, un defecto hereditario. Esta degeneración de la mácula del ojo te va dejando ciego, poco a poco, irremediablemente. No hay cura conocida para este mal, tan sólo algunas terapias que van haciendo más lento lo inevitable: la ceguera.
A mi madre le diagnosticaron este mal hace unos ocho años, si mal no recuerdo. Hoy día ya no puede leer, reconoce con dificultad los rostros, necesita ayuda en tareas que siempre hizo ella misma sin ningún problema. Sin embargo, nunca he escuchado a mi madre quejarse amargamente por este mal y mucho menos decir una maldición por su ceguera. Maldecir su lento camino hacia la noche, lo menos que se merecería la vida, el destino, la genética o Dios por joderla de este modo.
Hace años, cuando empezaba a hacer estragos esta enfermedad en sus ojos, me dijo que lo que más le dolía de perder la vista era el hecho de no poder leer nunca más. Cuando le platiqué el caso de Jorge Luis Borges, que siendo director de la Biblioteca Nacional de Argentina se quedó ciego, un ciego en un laberinto de libros, y le recité las primeras cuatro líneas del “Poema de los Dones”, me dijo emocionada “escríbelo para mí, me lo imprimes con letra bien grande y me lo das, por favor”. Seguí al pie de la letra sus instrucciones y le entregué el poema. Supongo que lo guarda en algún lugar de fácil acceso. Un viejo papel con un poema cada vez más inmediato a su memoria y cada día más lejos de su vista.

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche

2 comentarios:

  1. Esas cuatro líneas las tengo grabadas en mi memoria desde hace mucho tiempo. Y a veces me vienen a la mente, y me vuelven a parecer geniales, y me vuelven a conmover. Y si la degeneración macular es hereditaria, quizás un día sólo me quede la memoria para releerlas, y sentirlas más mías que nunca.

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  2. El poema de los dones es una de las mayores obras maestras de la literatura del siglo XX

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