viernes, 18 de febrero de 2011

La Bohemia

El orientador vocacional de mi colegio vaticinó hace muchos años con voz atronadora... "López Calva, usted es un bohemio". Como si a esta sentencia le hiciera falta algo, unos años después me topé con una gitana, a la que le mostré la palma de la mano para que dejara de joder, y que, a cambio de unas monedas, leyó que siempre estaría "corto de dinero". Con este par de advertencias nadie puede llamarse sorprendido ante el fracaso. Estaba previsto sino por mí al menos para quienes se topaban conmigo. Y sí, supongo que hay elementos en mí de un bohemio, pero como dice Pessoa en el Libro del desasosiego "no he tenido la compensación del espíritu bohemio: el desnudo fácil de las emociones inmediatas". Bohemio improbable, fallido, de bolsillos vacíos.

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