martes, 12 de octubre de 2010

Tiempo fuera

Todavía no logro descubrir si finalmente he sanado ó si se trata de todo lo contrario y algo se ha podrido por completo dentro de mí. El caso es que en las últimas semanas no logro leer ni una hora de corrido cuando siento una necesidad urgente de dejar el libro a un lado. ¿De que se trata este nuevo y extraño achaque? Tengo razones para preocuparme. Hace unos días levanté la mirada y me vi a mí mismo en el espejo. Estaba comiendo alegremente bombones cubiertos de chocolate mientras veía en la televisión la serie Glee. ¿Será que, más rápidamente de lo que yo quisiera, estoy envejeciendo? ¿Será que, después de años de ver mala televisión, estoy embruteciendo? ¿O acaso estoy lentamente emputeciendo? Ya tomé algunas medidas al respecto. He renunciado a Glee y he comprado de inmediato la serie Mad Men. Y nada de bombones. Lo propio es un par de cervezas bien frías. Así lo haría Don Draper, ¿no es cierto? Incluso estoy pensando en empezar a fumar. Mis libros seguirán acumulando polvo, pero al menos habrá que comportarse a la altura y guardar el estilo.

1 comentario:

  1. Estando a media temporada del futbol americano, sólo espero que la escena de Glee y los bombones no haya ocurrido en un lunes por la noche... ;-)

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