lunes, 16 de agosto de 2010

Poema del día lunes

Leer a un autor generalmente te lleva a otro. Hoy Fadanelli me llevó con Dámaso Alonso y su poesía. Y como este blog es un jardín de poemas que se difunden, aun sin derecho de autor, hoy quiero compartir el poema Insomnio.

INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

3 comentarios:

  1. Digo yo: 45 años sintiendo que te pudres, una de dos, o disfrutas de la podredumbre, o te falta creatividad, o valor, para cambiar algo en tu vida. Considerando las virtudes literarias del poema, es claro que creatividad no le faltaba; valor, no sé. Pero algo me dice que, en el fondo, le gustaba la podredumbre.

    Tengo un amigo de Madrid que tuvo un accidente hace un año y no ha podido caminar desde entonces, y probablemente no vuelva a caminar. Y ni mi amigo ni su familia están podridos, muy por el contrario, se han convertido en un ejemplo de temple y buen ánimo. Pero claro, Dámaso Alonso pensaría que mi amigo está podrido, al igual que lo estamos todos los demás, y que si tiene tan buen ánimo es porque se está engañando a sí mismo.

    Es dogma, no raciocinio: "Todos estamos podridos, todo está podrido."

    Yo llevo años luchando por dejar atrás "el dogma" de la podredumbre, y aprendiendo a distinguir lo podrido de lo sano. Y no le creo a Dámaso Alonso. En cuanto a lo podrido, pues trato de elegir mis batallas: hay cosas que he cambiado, cosas que sigo queriendo cambiar, y cosas que no pienso enfrentar, al menos por ahora, y tal vez nunca. Y de todo lo demás, digamos que yo "oigo ladrar a los perros", y me dan ganas de tener uno; yo miro "fluir blandamente la luz de la luna" y sonrío, porque la puedo ver.

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  2. Gabo:
    Gracias por tu comentarios que siempre elevan la calidad de este blog que se pudre (¡y dale con la podredumbre!)
    Un abrazo.

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  3. De acuerdísimo con Gabo! Creo que hay que luchar por no caer en ese sentimiento de podredumbre...y más nosotros, porque creo que los genes "lópez culpas" tienen algo de tendencia a sentir una podredumbre que no es, o al menos no lo es todo...
    Abrazo a los dos

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