A mi hermana Concepción siempre le llamamos de cariño Coca, pero creo que ahora prefiere que le llamen Cony. Coca fue la bisabuela, Coca es mi madre y Coca es, o fue, mi hermana, todas Concepción. Y bueno, Cony rompe con esa cadena, quizá era tiempo.
Mi hermana Cony estudió actuaría en la UNAM, pero siempre tuvo el gusto por las artes en general y por la pintura en particular. Las matemáticas, las artes y la filosofía son tres subconjuntos que tiene elementos en común, se tocan en los extremos.
Cony ha tomado clases, ha dado clases y ha pintado desde hace muchos años. Hasta la fecha sigue pintando y según yo, quizá una opinión sesgada por el cariño que le tengo, cada día pinta mejor. Y para muestra baste, no un botón, sino un diente de león (y una libélula, aunque no rime).
Concuerdo contigo Pablo. Yo no sé de arte, pero entiendo de emociones (al menos las mías) y creo que cualquier expresión artística debe tener el poder de evocarlas en los expectadores. Las 2 pinturas primero dibujaron una sonrisa en mi rostro porque conozco a la autora y después mi mente viajó...
ResponderEliminarGracias Cony!